Liderazgo

Tres consejos para aprovechar el tiempo

¡Hola!

El ser humano es toda una paradoja. Las personas tenemos los días contados en este mundo y, sin embargo, vivimos como si fuéramos eternos. Nos olvidamos de aquella verdad que nos dicen los abuelos de que la vida es muy corta y que debemos aprovechar el tiempo.

Dejamos para otro día lo que podemos hacer hoy, inclusive ser felices, sin siquiera saber si habrá para nosotros un mañana.

Siempre es imporantate reflexionar sobre qué tan buenos somos administrando lo único nuestro: el tiempo. Siga leyendo para que conversemos sobre tres consejos valiosos para lograrlo.

Ilustremos el valor del tiempo

Digamos que usted es una persona de 25 años y decide levantarse UNA hora más temprano todos los días para hacer lo que le guste. Considerando que la expectativa de vida en Costa Rica es de 80, usted tendrá 365 horas extra por 55 años. Es decir 836 días completos o lo que es lo mismo 2.3 años más. Vale la pena el esfuerzo… Y eso solo con una hora al día, que no es gran cosa.

Tener dominio del tiempo nos permite vivir más. NO más años, pero sí más experiencias y espacios para compartir. Tener la oportunidad de marcar diferencias en las personas o simplemente tomar unas cuantas cervezas bien frías con amigos y amigas.

La administración adecuada del tiempo tiene que ver con los impulsos que dirigen nuestras emociones y nuestras actuaciones. No nos podemos liberar de ellos tan fácilmente, pero sí podemos hacer un esfuerzo para controlarlas.

Aprovechemos nuestra inteligencia emocional

Las personas tenemos la capacidad de aprovechar nuestra inteligencia emocional (IE) para aumentar nuestra capacidad de liderar.

Además, la inteligencia emocional nos ayuda a autorregularnos, evitar ser prisioneros de nuestros sentimientos y aprender a controlar los impulsos negativos que recibimos.

La autorregulación debe ser un rasgo de los líderes. Su capacidad de dominar los sentimientos e impulsos (racionalidad) les permite crear climas de confianza y de justicia en las organizaciones.

Controlemos los malos hábitos

Estos son tres pasos sencillos, pero poderosos, que quiero compartirles para tener más tiempo a la semana. Además, nos ayudarán a que podamos vivir más:

1. Desarrollar consciencia del tiempo que invertimos en las redes sociales. Los teléfonos nos reportan las aplicaciones que más utilizamos. ¿Sabemos cuántos minutos nos detenemos en esto? ¿Era necesario asignar ese preciado tiempo? Si vamos a publicar algo, ojalá sea algo que transmita un mensaje. Si alguien lo observa, entonces que sea de beneficio.

2. Evitar distracciones constantes. Asignar el tiempo para revisar el inbox del mail es un hábito saludable. Fijémonos un horario para no tener interrupciones en las labores diarias. Al inicio de la jornada y al final puede ser un buen comienzo. Revisar el mail cada minuto nos consume tiempo y ocasiona caídas de productividad. El cerebro tiene que parar y volver a arrancar, lo que resta concentración.

3. Multitasking no siempre significa productividad. Hay muchos estudios que hablan sobre la productividad real cuando hacemos varias cosas a la vez. Ir y volver sobre asuntos diversos sin terminarlos merma energías. Hace que se pierda tiempo recalibrando para orientar a la tarea que se estaba haciendo. Esto suma segundos, que se convierten en horas y días improductivos. Nos impide hacer el trabajo con excelencia.

Una sola cosa a la vez

Mantener un enfoque total es muy valioso. Una sola cosa a la vez no es sinónimo de desperdicio de tiempo. Esto puede llegar a hacerse bien y en poco tiempo, con lo que podemos avanzar hacia la siguiente tarea.

Suena sencillo, pero claramente modificar malos hábitos cuesta. Hay que reconocer y dominar las tentaciones y comprometerse.

Tengamos presentes los beneficios de no perder el tiempo en asuntos sin importancia. Quien se enfoca gana y entrega valor. Si en algún momento nos salimos del camino, no pasa nada, back on track lo antes posible y para adelante.

No deje para más tarde lo importante que debe hacer. Y lo importante es la familia, la salud y unos cuantos verdaderos amigos. En lugar de chatearles, llámelos. Le aseguro que les fascinará escuchar su voz.

Fuerte abrazo,

Rodolfo Cruz N.