Crecimiento Personal
Dígame qué sueña
¡Hola!
¿Tiene un sueño que sea inspirador y que le infunda energía a su mente? ¿Un sueño que le lleve a hacer todo lo que esté a su alcance (y más) para lograrlo? Yo sí. Sin embargo, durante mucho tiempo y como la mayoría de las personas, no tenía idea de cómo alcanzarlo.
Más aún, debo reconocer que muchas veces me costaba reconocer mi sueño. Según John Maxwell, hay 5 razones que lo explican:
- Nos hemos dejado desalentar por otras personas. Personas a las que les incomoda el éxito ajeno, ya sea por inseguridad o por incapacidad. Hacen lo imposible por transmitirnos esos mismos estados emocionales. El problema es que les abrimos las puertas.
- El peso del pasado no nos deja avanzar. La vida nos trae desilusiones y dolor. Si les damos mucha importancia se vuelven dañinas. Debemos entender que el día de ayer terminó cuando nos dormimos.
- No buscamos la excelencia con ahínco. Por ende, nos sentimos a gusto siendo promedio. Mauren Dowd dice que desde el instante en el cual nos conformamos con recibir menos de lo que nos merecemos, recibimos menos aún de aquello con lo que nos habríamos conformado. Hay que superar al promedio.
- No tenemos la confianza necesaria. Eso es lo que separa a los que sueñan y persiguen su sueños, de los que no lo hacen.
- Algunos no tenemos siquiera la imaginación para soñar. Hay que SOÑAR para descubrir el sueño. Es así de sencillo y de difícil.
Vencer los obstáculos
Ahora que sabemos los obstáculos que debemos superar para lograr nuestros sueños, hay una serie de pasos para alcanzar altas probabilidades de logro. Por ejemplo:
- Entender si el sueño es mi sueño o es el sueño de otros. No debemos vivir la vida que otros desean para nosotros, aunque existan las mejores intenciones. Es mi vida, es mi sueño, es mi responsabilidad.
- Determinar si tengo una claridad amplia de mi sueño. Debemos cuestionarnos si nuestro sueño es lo suficientemente grande como para entregarle toda la pasión que tenemos.
- Decidir si estoy dispuesto a pagar el precio de mi sueño.
Calcular el precio del sueño
Si no sabemos el precio de nuestro sueño, no sabremos realmente cuánto nos va a costar. En ese escenario, es muy probable que no lo alcancemos.
Los sueños son un asunto personal y los sacrificios que se deben hacer para cumplirlos también. Soñar es gratis, pero el viaje que debemos hacer para alcanzar los sueños no.
Comencemos por vencer los temores. No nos podemos dejar influenciar por las críticas que recibamos, ni siquiera las de nuestros seres queridos. Debemos tener presente que la dureza del trayecto nos puede agotar.
Mark Manson, en su libro “El sutil arte de que te importe un carajo”, nos explica realmente cuál es el problema con los sueños. Él nos cuenta que siempre quiso ser una estrella del rock. Le fascinaba la música, tenía habilidades. Sin embargo nunca lo logró y tuvo que meditar muchos meses para entender la razón.
Sencillo: ¡realmente no lo deseaba! Estaba enamorado del resultado, pero para nada del proceso. Del largo proceso para alcanzar la cima y su sueño: ver estadios a reventar con miles de personas que querían verle. Le tomó mucho tiempo descubrir que no quería subir a la cima. Lo único que le importaba era la imagen de estar en ella.
Que no le pase a usted
Si usted quiere “llenar estadios y escuchar a la gente vibrando por usted”, no debe desmayar. Si aún no ha empezado a subir a la cima, recuerde que nunca es demasiado tarde para perseguir su sueño.
El hombre más pobre no es aquel que no tiene ni un cinco. Es el que no tiene un sueño. ¡Espero que usted tenga uno!
Abrazo afectuoso,
Rodolfo Cruz Naranjo
[email protected]
Rod! Es muy cierto tu mensaje de hoy! En especial el primer punto donde nos dejamos influenciar negativamente por personas que dudan de nuestras capacidades o en especial no dejan que las personas desplieguen sus alas y puedan volar. Gracias por estos consejos que nos compartes.
rodolfocruzblog
Mil gracias por leer los blogs y más por comentarlos. Es difícil que nuestros sueños sean “aprobados” por quienes nos rodean. No necesariamente es que nos estén saboteando, muchas veces es amor, preocupación y otros bien justificados. Sin embargo si debemos diferenciarlos de quienes lo hacen de “mala leche”.
La gente tóxica y que no nos suma debemos reconocerla y alejarla. La vida es muy corta como para pasarla con quienes no nos suman y más aún, no nos importan (más aun si la contraparte siente lo mismo).
Abrazos