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El autoconocimiento.

¿Es realmente usted un Líder?

¡Hola de nuevo!

Hace pocos días terminamos en la universidad el curso de Liderazgo & Negociación en su modalidad ejecutiva y, como siempre lo hago, traté de enfocar el mensaje en las características esenciales de lo que es y hace un buen líder. Nada más y nada menos. 🙂

Quiero entonces compartirles un breve resumen con las ideas medulares. No se trata de un arte o un secreto elevado, que solo unos pocos pueden comprender y desarrollar, es realmente algo simple pero trascendental en la vida de quienes influenciemos.

La base: el autoconocimiento

Para realmente ser un líder debemos empezar por conocernos al 100% y ante todo entender cuál es nuestro propósito de vida.

Mi mentor me enseño por medio de una gran lectura que todo líder debe ser una buena persona, es decir, alguien que vive de manera íntegra consigo misma y en equilibrio. Se cumple lo que me decía el abuelo: no se puede entregar amor, si no nos amamos primero.

Obtenido este autoconocimiento, tema ya de por sí complicado, debemos saber que ser líder es una decisión y debemos estar dispuestos a pagar el precio de ella. En palabras de John Maxwell, implica un proceso lento de desarrollo donde se avanza día con día, paso a paso, acción por acción.

Es un viaje solitario que puede ser arduo y hasta doloroso. Las relaciones personales no son fáciles, ni con uno mismo, ni con los otros. Más que hacer una tarea para convertirse en líder, se debe aprender, aplicarse, ajustarse, reajustarse, desaprender lo aprendido e iniciar de nuevo.

Poco a poco se desarrolla, paso a paso se crece. No se logra el liderazgo al estilo microondas que solo calienta rápido. Por el contrario, es a fuego lento como se saca la esencia y el mejor sabor.

Ser líder no es lo que pensamos

Debemos reconocer que el liderazgo NO es una posición, es un honor que se nos regala y sobre todo una responsabilidad. No nacemos líderes. Nos hacen líderes otras personas quienes nos siguen y así nos lo permiten, porque hemos tocado sus vidas agregándoles valor y quieren acompañarnos en nuestro viaje, cualquiera que este sea.

Si su propósito es llegar a ser el gerente y obtener los beneficios que el puesto conlleva, ¡suerte! Pero considero que este es un mal enfoque, ya que el liderazgo vale más, es servicio, es entregarse a los demás por una causa más grande que todos nosotros.

Si uno es un gran líder sabe que se alcanza el éxito solamente cuando todos a quienes servimos también lo alcanzan, sabemos que crecemos como personas solamente cuando ellos crecen. Desarrollamos nuestro potencial de liderazgo cuando hacemos de otros mejores personas, como resultado de nuestra presencia y asegurándonos que el impacto perdure en nuestra ausencia.

El líder sirve, servicio es lo que entrega y servidor es lo que es.

El arte de las cosas sencillas

Finalmente, para entrar en acción, debemos entender que liderar es simplemente el arte de practicar cosas sencillas, gestos de sentido común que permiten mejorar y apalancar el autoestima en los demás, su sentido de logro, su autorrealización. ¡Esto es INSPIRAR!

Si creía que iba a recomendarle alguna receta mágica, pues no. A todos nos gusta ser libres y vivir con simpleza es vivir en libertad.

Recordemos, como dijo la gran escritora Maya Angelou, los seres humanos olvidamos lo que nos dicen, olvidamos lo que nos hacen, pero no olvidamos cómo nos hicieron sentir.

Haga sentir importante y bien a los demás con respecto a sí mismos y verá que su influencia (una fuerte definición de liderazgo) aumentará, pero hágalo de manera honesta y sincera.

Abrazo fuerte desde la cafetería.

La razón de ser.

¿Cuál es el objetivo de una empresa?

¡Hola!

Voy a empezar siendo directo: Estoy seguro de que muchos CFO’s (*) están equivocados, muy equivocados. ¿De dónde lo deduzco? De mis vivencias profesionales en el campo de las finanzas y cómo docente del mismo tema. He llegado a la conclusión de que nuestras culturas organizacionales tienen una adicción sistémica al rendimiento y a alcanzar las cifras establecidas.

Puedo asegurar que si preguntáramos cuál es el objetivo de una empresa a un inversionista, un empresario, un gerente o hasta un emprendedor, 80 de cada 100 casos, sino más, responderían que generar riqueza y valor. Se vale hacer el ejercicio para comprobarlo.

El problema no es que lo digan, sino que lo creen y actúan en consecuencia. El talento de la empresa, sus directores, accionistas, y hasta los clientes se ven arrastrados en esa corriente.

Vivimos en una época donde los números (los frío$$$ números) del corto plazo, los indicadores de gestión, el ROE, el ROA, el TIR, el VAN, la utilidad neta y otros tantos, raptaron la mente de muchos, distrayéndolos de lo importante, de lo fundamental: la gente que vive, siente y que les rodea.

Estamos equivocados

Lo que sucede es que, cuando los cosas no van como se desea, el problema que se atiende no es el verdadero problema. ¿Entonces qué pasa? Que hacemos los números, que buscamos aumentar las ventas, que recortamos los costos, pero la solución nunca llega.

La ruta al éxito, sostenible en el largo plazo, es la que nos recuerda Richard Branson de Grupo Virgin:”Las empresas existen para enriquecer la vida y ser una bendición para las personas, sino sencillamente no valen la pena”.

¡¡WOW!! Un cambio radical en la forma de ver las cosas, ¿cierto? La frase dice lo que necesitamos saber sobre la razón de ser de cualquier empresa y no menciona el valor para el accionista.

El valor de una empresa no está en sus activos, su estructuración financiera o el estado de resultados, sino en el sentido de propósito de las personas que trabajan en ella. Click To Tweet

La razón de ser

Los drivers de valor en las organizaciones no están en los activos ni en la estructuración financiera, menos en el estado de resultados. Por el contrario, nacen de un fuerte sentido de propósito con el que todos en la empresa comulguen y vivan.

Están en el desarrollo del liderazgo, en la innovación, en una fuerte cultura organizacional, en tener la gente correcta en el puesto correcto. En la sencillez, en el aprecio a lo esencial y en el entusiasmo que solo podemos sentir cuando auténticamente creemos en el impacto de lo que estamos haciendo. Los intangibles con resultados tangible$$$.

Esto es lo que debería estar de #1 en lo urgente y en lo importante en la agenda de todos. Trabajando en el sentido de propósito, la organización irradia gozo y el cliente lo nota. Como la felicidad es contagiosa y hay coherencia entre quienes decimos ser y quienes somos, los clientes se sienten bien, saben que somos auténticos, se quedan con nosotros y nos acompañan en las buenas y en las no tan buenas.

Apuesto que, si nos enfocamos en esto, los rédito$$ llegarán, no como el fin sino como el resultado de lo que hacemos. El destino será el mismo, pero la ruta será sostenible y placentera.

MBA en Finanzas: Ocúpese de una sola cosa: EL BIENESTAR DE SU GENTE. Promueva que su gente esté feliz para que se ocupe genuinamente de una sola cosa: EL CLIENTE. Y este se ocupará de dos cosas que al CFO le encantan: EL FLUJO DE CAJA Y LOS BENEFICIOS. Es así de sencillo.

Por eso digo, nunca debemos tomarnos las finanzas muy en serio. Lo que sí debemos tomarnos en serio es un buen café.

Saludos.

(*) CFO = Chief Financial Officer = Gerente de Finanzas

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© Rodolfo Cruz Naranjo 2024