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Cómo alejar a los imbéciles de las organizaciones

¡Hola!

No sea un imbécil!

Llámenme “engañado”, pero soy de aquellos que creen que las empresas deben ser una bendición para el personal. También creo que si no es así, es por la presencia de aquel cretino que nos hace la vida imposible. Es por ello que sigo con este tema que había abordado en un post anterior.

Las personas tóxicas generan culturas negativas, dañan el bienestar de la gente y son un reto mayúsculo en la gestión de empresas; ante todo muestra de ausencia de liderazgo organizacional.

En palabras de Berti Charles Forbes (14 de mayo de 1880 – 6 de mayo de 1954), periodista financiero y autor escocés-estadounidense que fundó la revista Forbes, en su primer editorial nos indicaba que, “Las empresas existen para generar felicidad, no una pila de millones”(1917).

Es por ello que he disfrutado sobre manera la lectura y los mensajes de un gran libro que trata precisamente de como lograr organizaciones que sean felices y prósperas a partir de gente feliz y comprometida, alejando a aquel irrespetuoso que nos daña.

Uno de los principales argumentos del libro es que las personas tóxicas pueden tener un impacto negativo en el rendimiento de la organización y por ende en los resultados financieros y la tan famosa última línea.

Las personas tóxicas pueden desalentar a los empleados, reducir la moral y hacer que las personas productivas abandonen la empresa. Se sugiere que esto puede tener un impacto económico significativo, y que las empresas deberían esforzarse por evitar la presencia de personas tóxicas en su lugar de trabajo. ¿Se le hace conocida esta situación?

“La regla del No Imbécil”

“The No Asshole Rule” de Robert Sutton nos presenta cómo lidiar con personas tóxicas en el lugar de trabajo. Las personas tóxicas, como los “imbeciles”, pueden causar un gran daño a una organización y a su cultura, y por ello es importante establecer una regla clara de que ese comportamiento no debe ser aceptable.

Los líderes en las organizaciones muchas veces no vislumbran que tienen en sus manos más que negocios u asuntos por atender; tienen el destino de personas, inclusive sus familias y más allá. Es por ello que cobra más importancia hacer conciencia de la altísima responsabilidad que tenemos al dirigir personas y de la obligación suprema de no ser un imbécil.

Sutton define a los “imbéciles” como aquellos que tratan a los demás de manera cruel, grosera o irrespetuosa, y que no se preocupan por los efectos negativos que su comportamiento puede tener en los demás.

Estos comportamientos no solo son moralmente incorrectos, sino que también pueden tener efectos perjudiciales en la salud y la productividad de los empleados.

Los “imbéciles” son dañinos para la organización, ya que pueden desalentar a los empleados, reducir la moral y hacer que las personas productivas abandonen la empresa.

¿Cómo se puede trabajar con un imbécil en el lugar de trabajo?

¡No hay que hacerlo!

Para abordar este problema, Sutton ofrece la regla de “no imbéciles o cretinos”. Esta regla implica que NO se tolerará el comportamiento de los “imbéciles” en la organización, y que se tomarán medidas para mantener un ambiente de trabajo saludable. Así de sencillo. Es la labor de un líder que entiende que el servicio a los demás es lo más importante.

Algunas estrategias para alejar a los cretinos, generar y mantener el bienestar de las personas y por ende apoyar mejores indicadores de desempeño, son:

  1. Establecer límites claros es una estrategia importante para tratar con personas tóxicas. Esto puede implicar establecer una política de cero tolerancia para comportamientos inapropiados y asegurarse de que los empleados conozcan qué se espera de ellos en términos de conducta. También puede implicar establecer límites personales y dejar en claro que ciertos comportamientos no serán tolerados.
  2. La documentación de los comportamientos tóxicos también es importante. Esto puede incluir llevar un registro de las interacciones tóxicas y las quejas de los funcionarios, y presentar pruebas claras si es necesario. Al documentar estos comportamientos, se puede construir un caso más fuerte para tomar medidas si es necesario.
  3. Fomentar una cultura de respeto y colaboración también es clave para tratar con personas tóxicas. Esto puede suponer el fomentar la comunicación abierta y honesta entre el personal, alimentar la colaboración y el trabajo en equipo, y asegurarse de que el talento se sientan valorados y respetados. Al hacerlo, es más probable que los empleados se sientan motivados y comprometidos, y que las personas tóxicas se sientan menos inclinadas a comportarse de manera inapropiada.
  4. En algunos casos, puede ser necesario alejar a la persona tóxica de la organización. Esto puede implicar el despido o la transferencia de la persona a otra área de la empresa. Aunque esto puede ser una decisión difícil de tomar, se debe proteger la salud y la productividad de los demás.

Es importante tener en cuenta que tratar con personas tóxicas puede ser un desafío, y que no hay una solución igual para todos los casos. Cada situación es diferente y requerirá acciones adaptadas a las necesidades específicas de la organización y de los colaboradores.

Sutton presenta varios ejemplos de situaciones en las que se puede aplicar la regla de “no imbéciles”.

Uno de los ejemplos es el caso de una persona tóxica que está causando estragos en una organización y ha hecho que muchos empleados productivos renuncien. La implementación de la regla de “no imbéciles” puede ayudar a abordar este problema al establecer límites claros y tomar medidas para evitar que la persona tóxica siga afectando a la organización.

Como líder, es importante establecer límites claros y comunicar claramente las expectativas de comportamiento y si te topas con un cretino, la mejor forma de actuar es….no cretinos y listo!!! Acá aplica el dicho del abuelo…una manzana podrida pudre a todas las demás. No queremos eso para nuestra empresa, o sí? Acá algunas ideas para ser felices en el trabajo.

Abrazo afectuoso,

Rodolfo (que espero no haber sido nunca un asshole!)

aprender a disfrutar la vida

La vida se nos escapa sin sentido ni propósito

¡Hola!

Mi abuelo de niño me decía que tenemos que aprender a disfrutar la vida. Así es, se puede y se debe, pero para ello debemos tomar conciencia y esforzarnos de manera intencional. Respecto al consejo del viejo, creo que lo he defraudado un poco, pero… ¡que no le pase a usted!

La vida se nos escapa y no lo notamos

Vamos muy rápido por la vida y no nos detenemos a apreciar lo que nos ofrece. ¿No les parece que a veces vivimos nuestras vidas a través de la pantalla de nuestro smartphone? Tomemos como ejemplo nuestra interacción con el arte.

Terminé hace pocos días la lectura de la biografía de Leonardo da Vinci (Walter Isaacson, 2018) y quedé impresionado de lo brillante que fue. Creo tuvo más que una vida plena. Dotado para las artes como para las ciencias, conocido como pintor, pero destacado también en arquitectura, escultura, filosofía, ingeniería, anatomía, la música y la poesía entre otras muchas.

La majestuosidad de sus obras asombraron a sus contemporáneos y llevaron el arte a una nueva era que aún hoy se disfruta y estudia más que nunca.

Más impactado quedé de mi ignorancia sobre el renacimiento (siglos XV & XVI), época muy relevante de la historia donde se difundió el humanismo que determinó una nueva concepción del “ser” humano y del mundo.

Sumado a esta falta de conocimiento recordé, una vez más, que la vida se me va y que no estoy aprovechándola al máximo. Me hace falta disfrutar mucho más de las cosas. ¡Sí, eso redescubrí al conocer más del legado de Leonardo!

Cuando observamos las grandes obras que personas como da Vinci nos han heredado, muchos lo único que hacemos es eso… observar. No las interiorizamos ni intentamos entender al artista. Tenemos que aprender a disfrutar de la vida.

A muchos visitantes de museos como el Louvre, MOMA, El Prado, de Arte Costarricense o cualquier otro, nos sucede que la primera acción en automático que hacemos es sacarnos un selfie con el cuadro, objeto o escultura.

El proceso se repite para muchos: darle la espalda a la obra, comprobar en la pantalla del celular nuestro encuadre con la obra maestra, dar el clic y tomada la foto, revisarla para ver que hayamos salido bien y luego, seguir caminando por allí como si nada. Esto último no sin antes haberla publicado en nuestras redes sociales y estar atentos a los likes.

En ningún momento de la maniobra descrita se siente la necesidad de apreciar lo que el artista deseaba mostrar. La coreografía de su acción, el matiz de los colores, la historia que cuenta, los detalles ocultos.

Sorprende que, en cierto sentido, la pintura ni importa, ya sea de Leonardo, Miguel Angel, Kahlo, Warhol, Paco Zúñiga o Rafa Fernández.

La obra de arte se ha convertido solamente en un objeto, y el selfie existe nada más para demostrar que la persona que lo ha tomado se encontraba aunque sea, por un momento, en el mismo espacio físico de ese objeto.

En vez de ser un instrumento de disfrute y que le sume a nuestra existencia, es solo una cosa más. Es igual con la VIDA, la desperdiciamos sin apreciarla; se nos olvida que es finita.

Aprender a disfrutar la vida

Creo que los días se nos van en piloto automático, corriendo de un sitio a otro, cumpliendo tareas, resolviendo problemas y nunca paramos.

Ponemos nuestra app de ruta y no la cuestionamos, sólo conducimos mientras nuestra atención y pensamientos divagan sin rumbo. Dejamos de estar, ver y disfrutar el ‘presente’ que se nos muestra. ¡Una voz robotizada es la que nos dirige!

¿Realmente estamos tomando control de nuestras decisiones, aprovechando la tecnología o simplemente cada vez pensamos menos?

Hay que detenerse y apreciar lo esencial. Para lograrlo debemos tener autodisciplina y así convertirlo en un hábito. Les recomiendo los siguientes 4 pasos:

  1. Aprender a apreciar las cosas con todos nuestros sentidos: su trasfondo, su tamaño, su forma, su intensidad, las sensaciones que nos generan… cuando realmente tenemos conciencia de ellas cobrarán la relevancia que se merecen.
  2. Disfrutemos del proceso: veamos, sintamos, decodifiquemos hasta analizar, comparar, sintetizar para, con apoyo de nuestra experiencia y conocimientos, dirigir nuestra atención y con ello nuestros pasos en la vida.
  3. Compartamos nuestras vivencias con los demás: el hecho de intercambiar opiniones con otras personas sobre las cosas y situaciones que nos rodean nos puede ayudar a tener una nueva visión, una nueva experiencia. Cuando compartimos con los demás crecemos.
  4. El tiempo que nos queda es incierto: lo que hemos vivido es lo que marca nuestra existencia. Nuestra vida es un cronómetro y no sabemos cuando se detendrá. Asegurémonos de vivirla bien y de apreciar todo lo que nos rodea. Mejor aún si es con nuestros seres queridos.

Que no se nos olvide aprender a disfrutar la vida, es sólo una y es nuestra. Si no lo hacemos, la vida se nos escapa sin sentido ni propósito y no es lo que los abuelos quieren para nosotros.

Abrazo fuerte!!!

Rodolfo Cruz Naranjo

desarrolle su liderazgo

Desarrolle su liderazgo: ¿para qué y para quién?

¡Hola!

Estos días he estado pensando mucho en aquellas personas que tristemente están perdiendo sus trabajos por la crisis que la pandemia nos ha traído, pero también en las que están aprovechando estos momentos inciertos como una oportunidad para desarrollar su liderazgo.

Lo primero resulta doloroso, porque muchas de ellas están siendo despedidas por una situación ajena a su desempeño y posiblemente porque las empresas, y sus líderes, no han sido capaces de encontrar un solución más justa para su personal. El segundo caso resulta admirable, porque los liderazgos que florecen durante las crisis suelen ser especiales y sólidos.

Personalmente creo que debajo de la crisis económica que tanto nos preocupa tenemos un mal mucho mayor que no estamos atacando: una crisis por ausencia de un verdadero liderazgo en las empresas.

Dejando de lado las buenas excepciones, por años y años se ha desarrollado la práctica de promover al trabajador que logra mejores resultados, sin cuestionar si esta persona ejercerá como un buen líder, si es capaz de entender que su rol ya no requiere de ser el mejor a nivel individual, sino que su responsabilidad es guiar y apoyar al equipo del que ahora es responsable.

Muchas veces ese gran trabajador no está preparado para la nueva tarea que le ha sido asignada y carece de las herramientas y habilidades blandas de un buen líder.

Los resultados de un mal liderazgo

Está demostrado que las empresas con malos líderes sobreviven, pero no son sostenibles en el tiempo porque la desmotivación, falta de confianza e inseguridad que provocan en sus equipos se traduce en falta de compromiso con la empresa, evitando que esta evolucione.

Dicho de otra forma, el nombramiento de malos líderes en puestos directivos y de jefaturas compromete la evolución de la empresa a largo plazo, porque a pesar de que entreguen buenos resultados en el corto, generarán grietas a lo interno de la organización y no serán capaces de construir equipos comprometidos con la compañía.

Si constantemente está reclutando personal porque la gente buena se va, pregúntese por qué, ¿qué causa que no vean un futuro en su empresa, en su departamento?

Una encuesta de la consultora Gallup demostró que el 85% de la fuerza laboral en las empresas no está comprometida con ella o con su trabajo; las personas no se sienten apreciadas ni valoradas, por lo tanto no desarrollan su potencial.

Ninguna persona debería trabajar en una organización donde le dicen todo lo que tiene que hacer, pero no le preguntan qué piensa y menos qué necesita Click To Tweet

Desarrolle su liderazgo, ¿para qué?

  1. Para impactar. Ser líderes nos llevará al siguiente nivel en nuestras vidas profesionales y personales. Nos ayudará a encontrar nuestro propósito y generar un impacto en las personas que nos rodean. Si somos “líderes” en las empresas, asumamos la bendición de serlo y, enfoquémonos en crear organizaciones más humanas y menos “dirigidas” por los resultados financieros del próximo trimestre. Los resultados vendrán solos.
  2. Crear un ambiente donde TODOS importen. Debemos dejar de lado aquella vieja idea de que el objetivo de la empresa es maximizar la riqueza del accionista, y por ende, dejemos de usar a otros para nuestro éxito. Ocúpese de su gente y ellos se ocuparán de su negocio.
  3. Fomentar una cultura fuerte donde prive el desarrollo de todos los que nos rodean. Un buen líder, aun cuando no ocupe una posición de jefe (el liderazgo no está supeditado a un cargo) mejora las vidas de sus trabajadores y les hace sentirse bien consigo mismos. Cuando recibimos a alguien en nuestras empresas debemos reconocer el privilegio de tener una vida en nuestras manos, no para exprimirla hasta la última gota, sino para cuidar de ella y ayudarle a ser mejor día con día, todos los días.

Lograr esto requiere de un cambio de enfoque mental fundamental. En este link profundizamos sobre el tema: La pregunta que todo CEO debería hacerse cada día

Desarrolle su liderazgo, ¿para quién?

El crear y mantener un ambiente donde todos puedan descubrir sus talentos, desarrollarlos, compartirlos, y que sean apreciados y retribuidos es el objetivo de un liderazgo centrado en las personas.

Esto permite que todos los involucrados e interesados -incluido el líder- reciban un impacto positivo que en el corto, mediano y largo plazo generará mejores sociedades y personas.

Una persona que se sienta bien consigo misma y con el trabajo que realiza será una mejor persona en todos los aspectos de su vida y con sus seres queridos. Este es el efecto multiplicador o impacto que tiene el líder. La responsabilidad de los líderes en las empresas es la de crear ambientes de trabajo seguros, y es una gran responsabilidad de la que no siempre estamos conscientes.

Dejemos de normalizar cosas que no están bien, dejemos de repetir patrones nocivos en los ambientes de trabajo y en nuestras vidas. No está bien que alguien se levante todos los días para trabajar en una organización donde le dicen todo lo que debe hacer, pero no le pregunten qué piensa de su trabajo y menos qué necesita. Seguramente hace muchas cosas buenas y no se le da feedback a menos que haya un error.

Trabaje en usted y su liderazgo para que no sea uno de esos líderes que arruinan las vidas de las personas y la subsistencia de las empresas, porque hoy en día, además de la crisis económica tenemos que afrontar una crisis mayor que es la falta de buenos líderes en las empresas y las organizaciones. Y si no hacemos algo con respecto a la última, sí que será muy difícil sobrevivir.

Abrazos,

Rodolfo Cruz Naranjo

Liderazgo con buena dirección.

5 estrategias para aumentar nuestro liderazgo

¡Hola!

Esta pandemia de verdad es un reto a nivel personal, familiar, así como organizacional. Nos tomó por sorpresa y con los brazos caídos, sin embargo, en medio de tanta incertidumbre, miedo y pánico inicial, la situación tiende a mejorar y las historias de nobleza humana abundan. Será un hecho que las cosas serán muy diferentes de ahora en adelante por lo que la buena dirección deberá mostrarse con mayor fuerza en las empresas y es importante aprovechar la situación para mejorar nuestro liderazgo.

Y esta situación ha sido interesante sin duda, sorprende ver el liderazgo de servicio en muchos lugares y situaciones. Ha quedado demostrado de una manera más que evidente aquella verdad de que liderazgo no es una posición, es una responsabilidad, un gran privilegio que se nos otorga. El verdadero líder da esperanza, nos muestra el camino y lo recorre con nosotros.

Estos momentos facilitan soltar nuestro verdadero potencial de líderes, es por ello que quería compartirles 5 estrategias para aumentar nuestro liderazgo; sencillas y claras que pueden empezar a usar desde ya para apoyar y servir:

  1. Conectar a los miembros del equipo con su propósito. A las personas hay que darles una causa que las motive, que las inspire a mejorar y desarrollar su potencial. Esta conexión es aquello que genera la acción. Cuando se entiende la misión, se puede aportar más valor. Y esto es en ambas direcciones. La empresa debe tener claridad de propósito y debe asegurarse de que contrata a alguien porque comparten ese algo. 
  2. Liderar de manera positiva. Recordemos que un gran líder es ante todo una buena persona y ello implica trabajar en nosotros mismos para poder servir bien a los demás. Debemos buscar equilibrio en los ámbitos que componen nuestras vidas, ya que sin él no podríamos mejorar a los demás como resultado de nuestra presencia. Hay que tener presente que para inspirar debemos liderar con el ejemplo.
  3. Mantener un ambiente de trabajo sano y balanceado pese a la crisis. Esto significa disminuir el estrés y aumentar la pasión. Suena fácil verdad, pues así es. Trabajar en algo que no nos importa nos genera estrés. Ayudemos a conectar el trabajo con el propósito y no molestemos con micro management o comportándonos como imbéciles. Esto aumenta el sentido de pertenencia y empoderamiento, por ende sube la pasión. Comparta alegría y transmita esperanza. Esto conecta a las personas. Puede hacerlo “yendo de un lado a otro”, aquí una pista de cómo puede hacerlo: derrote al enemigo N.1 de la buena administración.
  4. Escuchar a su gente. Sin lugar a dudas muchos de nosotros sentimos una enorme necesidad de que nos escuchen en estos momentos difíciles. Leía hace poco en un artículo de la HBR que el 40% de las personas manifestaron que desde que inició la pandemia en sus empresas sus jefes o superiores no les habían preguntado siquiera ¿cómo se encuentran? Cómo puede ser!!  Y después se pide compromiso y productividad. Asegúrese de crear espacios y canales para escuchar, puede ser tan simple como programar sesiones de Zoom para “tomarse un café” y hablar de cualquier cosa que no sea trabajo. Pregúnteles qué piensan, eso les mostrará que son importantes. ¿Quiere ahorrar costos? Nadie como alguien que esté en el campo de batalla como para decirnos qué mejorar.  Es un gran momento para conversar. Puede repasar este blog para tomar ideas ¿Queremos ser escuchados? Comencemos por escuchar
  5. Cuidar al talento en la organización. El líder aumenta la productividad y la rentabilidad por medio de colaboradores motivados. Mantenga, aumente la confianza y el sentimiento de seguridad. Esto no quiere decir que deba mantener al personal dentro de la planilla si es imposible, pero asegúrese de que ya hizo todo lo posible antes de ello. Esto genera agradecimiento de quienes deban salir y muestra al resto que no fue una medida poco estudiada. A las personas hay que hacerlas sentir bien, aún en momentos incómodos y difíciles, ello no se olvida. 

Espero que estas 5 estrategias les sirvan para ejercer un mejor liderazgo y que generen acciones que impacten con propósito, aunque sea una persona a la vez ¡así se empieza!.

Abrazo y si alguien quiere compartir un café respetando el distanciamiento social me avisa. ¡100% apuntado!

Rodolfo Cruz Naranjo

¿Qué ambiente laboral necesitamos en las empresas?

La pregunta que todo CEO debería hacerse cada día

¡Hola!

Estamos iniciando el 2020 y tenemos la oportunidad para empezar de cero. Me gustaría saber si usted, que tiene a cargo personas en su organización y que en gran medida influye en el ambiente de trabajo, se ha hecho la siguiente pregunta: ¿Es usted un imbécil en el trabajo o es una “bendición” para sus colaboradores? Si como líder no ha tenido esta inquietud por lo menos una vez en los últimos 365 días ya vamos mal, el líder que no se cuestiona y analiza, es un líder que no crece.

He estado leyendo y revisando una cantidad importante de material, tratando de comprender que clase de persona soy en mi organización y cómo impacto a quienes me rodean. He seguido con atención los trabajos de la organización Great Place to Work (GPTW) que busca construir un mundo mejor ayudando a las organizaciones a construir excelentes lugares de trabajo para todos, así como el sitio https://corporate-rebels.com para ayudarme en mis criterios, sumado a años de experiencia laboral junto a gente extraordinaria.

Según el último estudio de cultura organizacional llevado a cabo por la organización GPTW en el año 2019, 46% de la fuerza laboral global no experimentaba los comportamientos de un gran lugar para trabajar. El estudio señalaba a CISCO, Hilton & Salesforce como los mejores lugares para trabajar.

¿Qué ambiente laboral necesitamos en las empresas?

Revisando el estudio, lo que hacía excepcional a estas empresas es que generaban confianza, credibilidad, respeto y justicia dentro su ambiente laboral dando como resultado que el 86% de la gente colabore más entre sí, que el 88% este dispuesta a dar más y el 86% permanezca en la empresa más tiempo por encima del promedio. Esto es colaboración, productividad y retención de talento.

Respeto como parte del ADN de la empresas. En mi humilde opinión este es el factor más importante de los ambientes de trabajo positivos y nuestro comportamiento revela el tipo de líder que somos, si un imbécil o una bendición.

La declaración de valores de la empresa danesa Designit es por mucho lo mejor que he visto en mi vida, dice que “La empresa es el hogar de personas con grandes sonrisas y egos pequeños. Siempre nos apoyamos mutuamente y nos aceptamos profundamente por lo que somos. Sea amable, sea humilde, sea un amigo, sea usted mismo. No tenemos un código de vestimenta, pero si tenemos una estricta política de no imbéciles”. Esto es INSPIRADOR y nos muestra que hay luz al final de túnel.

Los imbéciles son una plaga y por mucho el mayor problema en la actualidad en las empresas, y todo tiene que ver con el respeto o mejor dicho, con la ausencia de él. No siga ese ejemplo, no se convierta en una persona tóxica.

En su libro “The no Asshole Rule” el Sr. Bob Sutton presenta estadísticas que confirman lo dañinas que resultan estas personas dentro de las organizaciones, sus acciones se centran en maltratar a los colegas, generan abusos psicológicos persistentes, comportamientos agresivos recurrentes, abuso verbal hacia las otras personas que los deja devaluados y humillados, intimidación, burlas desagradables…en fin, bullying corporativo.

Un mal ambiente de trabajo repercute en nuestra salud, la daña y, ocasiona con frecuencia síntomas físicos como mayor frecuencia de dolores de cabeza, trastornos de sueño, ataques de pánico y estrés. Esto es una vergüenza que no tenemos presente los que dirigimos personas y nos decimos líderes o tenemos puestos gerenciales. Al final de cuentas también lo sufren los accionistas que nos tienen confianza ya que la última línea y el retorno sobre el capital disminuyen.

Costos ocultos pero relevantes circulan por todos lados. Aumenta la rotación del personal y se pierde el conocimiento y el aprendizaje del negocio, la cultura se debilita, disminuye el compromiso y la productividad y eficiencia por la distracción. Los imbéciles nos alejan de aquellas actividades importantes y de los drivers de valor, ya que nublan el pensamiento.

¿Quién entonces es un imbécil que entorpece el ambiente de trabajo?

Sutton nos dice que son aquellos que de manera regular degradan y dañan a sus colegas, principalmente a los que relativamente tienen menos poder o habilidades sociales, y los que son más tímidos o introvertidos.

¿Qué hacer? Debemos aceptar que el conflicto y algo de tensión en las organizaciones son sanos dentro del ambiente laboral, porque son fuente de crecimiento si son bien manejados, pero claramente para que esta evolución ocurra no debe mantener gente tóxica en la empresa. De hecho el Sr. Sutton nos dice que deberíamos tener una política de cero tolerancia para con ellos. Debemos tener presente el viejo refrán que dice que una manzana podrida pudre a todas las demás.

Tal como afirma Danish Designit, se debe cumplir la regla de “no imbéciles”; hay que identificarlos y filtrarlos en los procesos de reclutamiento y selección, hay que comentarles el sentir de sus colaboradores en las evaluaciones y en los face to face, y ante todo, no promoverlos a puestos de liderazgo. Si se le pone atención a estos detalles, este tipo de personas y sus comportamientos tendrán pocas oportunidades de mostrarse.

Un ejemplo muy revelador es que el equipo deportivo más exitoso del mundo, los All Blacks de Nueva Zelanda (equipo de rugby) tiene la regla de “cero imbéciles”. Ellos están seguros de que mejores personas hacen mejores All Blacks y que nadie está por encima del equipo como un todo. En esta organización esta regla se cumple de manera estricta y por ello muchos de los mejores jugadores a nivel nacional nunca han llegado al equipo. Algunos lo hicieron una vez pero no regresaron en la siguiente temporada.

No se haga de la vista gorda ante los imbéciles. Hay que hablarles, animarles a no ser irrespetuosos y a que cambien su comportamiento tóxico. Y si aún así se mantienen impactando de manera negativa hay que hacer lo correcto, es decir, mostrarles la puerta de salida lo antes posible. Solamente así la gente se sentirá segura en su lugar de trabajo y el compromiso que tanto buscamos empezará a subir.

Con esto lograremos lo que GPTW nos recomienda: la clave para crear un excelente lugar de trabajo no es un conjunto de beneficios, programas o prácticas que se deben dar a los colaboradores, sino la construcción de relaciones de calidad caracterizadas por la confianza, el orgullo y la camaradería. Es así como las relaciones dejan de ser un factor secundario y se convierten en la clave para mejorar los resultados del negocio que tanto le importa a los altos niveles gerenciales y a los accionistas en las empresas.

¿Es usted un imbécil o tiene alguno dentro de su equipo? Mejor haga algo al respecto antes de que sea demasiado tarde! Yo ya estoy en ello.

Abrazo afectuoso,

Rodolfo E. Cruz

Entendiendo los niveles de liderazgo.

¿En qué nivel de liderazgo se encuentra?

¡Hola!

Hemos estado ausentes por unos días optimizando la página para brindarles una mejor experiencia mientras estén de visita, siempre pensando en la mejora continua y buscando la excelencia, como debe ser.

Hoy quería hablarles de uno de mis temas favoritos, como ya saben, el liderazgo. Creo que es importante hablar continuamente de esto, porque un buen líder -sin importar el cargo que tenga en la empresa- puede marcar la diferencia y crear ambientes positivos para el resto de sus compañeros.

Existen cinco niveles de liderazgo según Jim Collins (Good to Great, 2001) & John Maxwell (Los cinco tipos de liderazgo, 2011), y aunque sus características por nivel no son exactas, si tienen coincidencias entre ambos que vale la pena conocer.

Entendiendo los niveles de liderazgo

Según ambos autores, en sus etapas iniciales, la condición de líder corresponde en gran medida a su posición dentro de la organización y más a las características y resultados como individuo.

En niveles intermedios ambos autores se refieren a un líder como parte de un equipo que desarrolla y genera resultados grupales. Que sabe administrar recursos y personas para el cumplimiento de objetivos.

Finalmente, en el último y más alto nivel de liderazgo, el líder es considerado como tal por lo que representa, por lo que ha logrado para la empresa, pero sobretodo, por lo que ha hecho (servicio) por los demás. Impacta más por su carisma, empatía y conexión.

Sin duda, alcanzar el liderazgo es un proceso, pero quien llega al quinto nivel logra marcar la diferencia en su empresa y permite a su equipo desarrollar su máximo potencial. En la sección de Cosas Útiles les he dejado el resumen de los cinco niveles de liderazgo según Jim Collins.

Los factores que diferencian a los líderes excelentes de los medianos: los excelentes tienen humildad y fuerza de voluntad. Jim Collins Click To Tweet

Para dejar huella hay que trascender

Como saben, el tema de la humildad siempre me ha llamado la atención, porque considero que es una virtud reconocer las propias limitaciones y debilidades y actuar de acuerdo con ese conocimiento para ser mejores y aprovechar de la mejor forma nuestros talentos.

Es la ausencia de soberbia y el gusto de ayudar a los demás, lo que nos permite hacer cosas maravillosas que trasciendan y nos permitan ser recordados, porque con el servicio hacia los demás dejamos huella en esas personas, y marcamos el camino sobre lo que es correcto en sus interacciones futuras con otras personas. En uno de mis blogs justamente hablamos sobre cómo desechar malos hábitos.

Un gran abrazo como siempre, y me encantará recibir sus comentarios sobre este y cualquier otro tema que conversemos en el futuro.

Rodolfo Cruz Naranjo

¿Cómo construir un mejor futuro? Constrúyalo desde el presente.

¿Cómo construir un mejor futuro?

¡Hola!

Todos nosotros, estoy seguro de ello, deseamos saber cómo construir un mejor futuro. Sin embargo, personalmente creo que es un error, uno muy grande el aferrarse a una idea como esa y hacerla un propósito de vida.

¿Por qué? Sencillo; por estar pensando en el mañana dejamos de vivir el hoy. ¿Quién nos puede asegurar que el mañana llegará?, o mejor dicho, que llegaremos con él.

Hay una cita que se le atribuye a John Lennon que dice algo como esto: “La vida es aquello que nos va sucediendo mientras nos empeñamos en hacer otros planes”. El tiempo es limitado, y aún así, lo perdemos en simplezas.

La vida es muy corta para centrarse demasiado en el futuro y olvidar disfrutar del presente. El futuro se construye desde el hoy. Click To Tweet

No me mal interpreten, no es mi deseo decir que hay que se irresponsables y no actuar para tener condiciones de vida positivas en los años por venir, pero podría ser que el desgaste de energía no reditue como esperamos.

Que el mañana no ahogue los triunfos del hoy

Estoy a punto de cumplir 50 años y la experiencia, golpes tremendos y alguno que otro triunfo, me ha ido ayudando a entender que es lo que importa y cómo construir un mejor futuro. Más joven todo importaba, ahora no es así y el sentido para priorizar sobre lo que es relevante crece. No trabajo tanto entonces en tener un mejor mañana; me concentro en lo importante que puedo hacer hoy.

Hace 30 años me era muy valioso el cómo me veían los demás. Hace 20 me importaba cómo ve veían en el trabajo. Hoy en día no me interesa para nada lo que piensen, porque, no es sustancial. Lo relevante es cómo me veo a mi mismo.

Les recomiendo que en las mañanas cuando se alistan y se ven en el espejo, se vean en el espejo!

Tomen su tiempo y piensen en lo que ven… ante todo revisen si el reflejo es de una persona de bien y qué podemos hacer para mejorar.

¿Cómo construir un mejor futuro? Constrúyalo desde el presente

Pensar a donde se quiere llegar sin hacer nada para llegar es poco productivo. Hacerse viejo no es hacerse mejor, John Maxwell nos dice que no deberíamos celebrar los cumpleaños, deberíamos celebrar el crecimiento y desarrollo que hemos tenido.

Ser más viejos nos lleva a morir, crecer nos lleva a impactar. Mañana no seremos mejores si no nos esforzamos en crecer hoy, evolucionar como personas y tomar conciencia de nuestras acciones.

Entonces, ¿cómo construir un mejor futuro? Bueno, para tener un mejor mañana debemos concentrarnos en el hoy, que es todo lo que tenemos, pero no en el día a día y en las cosas que tenemos que hacer, sino pensar estratégicamente en qué se requiere para llegar a un mejor mañana.

Conocimiento, curiosidad, habilidades blandas, inteligencia emocional, humildad y proactividad, son algunas herramientas que nos ayudarán a salir de nuestra área de confort pero con una hoja de ruta.

¿Algunos tips para construir su mejor versión?

1. CENTRARSE EN LOS DEMÁS, se aprende más de nosotros mismos cuando ayudamos o enseñamos a alguien.

2. SENTIDO CRÍTICO. La conciencia sobre nuestras acciones y decisiones es lo que activa nuestra capacidad de mejorar.

3. ENFOCARSE. No se puede vivir con base en el pasado o en las glorias pasadas, hay que avanzar para crecer. Los días buenos continuarán llegando para aquellos que saben discernir dónde es importante concentrar la energía.

4. CRECER SIGNIFICA CAMBIAR. Quien aspire a ser mejor debe saber que necesita evolucionar, el status quo es enemigo del crecimiento porque no reta, ni permite cuestionar nada.

En la vida debemos aprender y desaprender, buscar nuestra mejor versión en cada etapa y ayudar siempre a los demás. ¿Quiere cambiar? Empiece por ahí, que no hay manera de fallar.

¿Cómo crecer más allá de uno mismo?

Seamos personas con significado

¡Hola!

Un día de estos estaba tomando un buen café con una persona muy apreciada y empezamos a conversar sobre si es posible dejar un legado en este mundo al momento de partir. Seguramente usted se ha preguntado lo mismo.

La verdad es que nunca lo sabremos a ciencia cierta. Quienes podrán definirlo son aquellos que quedan una vez nosotros no estemos. No nos daremos cuenta.

Sheryl Sandberg, alta ejecutiva de Facebook, nos lo recuerda cuando nos dice que el verdadero liderazgo es hacer de los demás mejores personas como resultado de nuestra presencia y asegurarse de que ese impacto perdure aún en nuestra ausencia.

Nuestra influencia es nuestro legado

Para dejar un legado debemos tener una vida con significado. Hay que compartir ese significado con quienes nos rodean y no solo reservarlo para nosotros mismos. De lo contrario, sería sencillamente egoísmo y nos lo llevamos a la tumba.

Vivir con significado es ser importante, pero no por el poder que ostentemos o la riqueza que acumulemos. Es ser trascendente, debido a las repercusiones positivas de nuestra convivencia con quienes nos rodean mientras compartimos la vida e incluso más allá.

John C. Maxwell nos ayuda mostrándonos un camino para tener una vida con significado. Nos dice que, a nivel individual, debo:

  1. Ver más allá de uno mismo.
  2. Crecer más allá de uno mismo.
  3. Dar más allá de uno mismo.
  4. Abrirse a los demás.
  5. Ir más allá de uno mismo.

Sin embargo, estos pasos no se recorren de un día para el otro. Son parte de un proceso personal que implica un gran compromiso. Exigen trabajar hora a hora, semana a semana, mes a mes, para ser una mejor persona.

¿Cómo crecer más allá de uno mismo?

Quisiera empezar con este paso que me parece transcendental, pues implica retarnos a nosotros mismos y encarar nuestros puntos débiles. En próximos artículos conversaremos sobre los otros cuatro pasos.

Si te rodeas de idiotas, es probable que te conviertas en uno. Click To Tweet

Para crecer debemos explotar todo nuestro potencial. Suena sencillo, pero en la práctica realmente desconocemos nuestros límites. ¡La zona de confort nos afecta! Para descubrir nuestro potencial debemos estar dispuestos a pagar el precio y a trabajar duro.

Si queremos, por ejemplo, ser un gran nadador debemos tener una disciplina inquebrantable. Despertarnos todos los días antes de las 3:00 a.m. para entrenar, hacer todas nuestras actividades diarias y cerrar el día volviendo al gimnasio y a la piscina nuevamente.

En segundo lugar, debemos aprender de otros que sean mejores y que estén por encima nuestro. Hacerse rodear de exitosos nos hace exitosos. Me recuerda aquel chistecillo de que si se me encuentra en una habitación junto a tres idiotas ¡probablemente soy el cuarto! Debemos hacer el inverso.

Desinfle el ego y trabaje duro

Además, es importante pedir ayuda a quienes nos pueden “jalar” hacia arriba. Todas estas acciones requieren un gran sentido de humildad, otra virtud personal que podemos desarrollar. El ego inflado aleja a las personas, tanto así que hasta nosotros mismos no nos soportamos.

Es necesario cultivar nuestro potencial para que no se oxide y no merme a lo largo del tiempo. Solo hay una manera de lograr que nuestro potencial se incremente y se muestre en todo su esplendor: ¡trabajar!

Abrazo afectuoso,

Rodolfo Cruz Naranjo

No todos hemos sido afortunados.

¿Por qué llevar pasión al trabajo?

¡Hola!

No se vale que el trabajo sea una carga, un lugar donde no quiero ir, donde lo que hago no me gusta y donde me siento mal. Debe ser una bendición y eso es responsabilidad de alguien.

El próximo 28 de marzo estaré impartiendo un seminario sobre cómo impregnar pasión en el lugar de trabajo. Mi motivación es sembrar una semilla de inquietud en todos aquellos que tenemos la oportunidad de contar con personal a cargo.

En el seminario vamos a aprender sobre el contexto actual del liderazgo en las organizaciones modernas. Pero, especialmente, vamos a llevarnos ideas prácticas que podemos implementar desde el día uno para inspirar a nuestros equipos y liberar el líder que llevamos dentro, a favor de las personas y de las empresas como un todo.

No todos hemos sido afortunados

Hay muchas personas que deben vivir el día a día sin sentir pasión por lo que hacen en el trabajo. No hay motivación más allá que la que podría significar la llegada de la quincena y el fin de mes.

Esto es por falta de liderazgo. Muchos malos jefes, muchas personas tóxicas, mucho imbécil creyendo que un puesto o título define quién es, qué puede hacer y cómo puede tratar a los demás.

Deseo que todos en las empresas gocen, que se la pasen bien y que dejen de ver el trabajo solo como un trabajo.

Necesitamos mejores personas en puestos de dirección y liderazgo. Esto no es coeficiente intelectual, no son títulos o grados universitarios. Esto es que tengan un alto nivel de inteligencia emocional. Que se conozcan a sí mismas y que sientan empatía por los demás, generando confianza y lealtad, en un ambiente seguro. ¡Esa es la naturaleza humana!

Precisamente eso buscamos con el seminario. Que pensemos sobre nuestro actuar diario y recapacitemos si somos líderes. O, por el contrario, si somos aquel que pone trabas al desarrollo de los demás y, con esto, al crecimiento y el cumplimiento de las metas del mediano y largo plazo.

Cuando tenemos personas a cargo corremos el riesgo de olvidar que, cuando un colaborador ingresa a una organización, abandona su hogar y es nuestro deber como su jefe o líder cuidarlo y hacerlo sentir seguro, como a un hijo. ¡Esto es así!

¡Saludos y espero verlos!

Rodolfo.

PD. Pueden inscribirse en el seminario o solicitar más información, haciendo clic aquí. 

De lo que se trata el liderazgo.

La mayor plaga del momento

¡Hola!

¿Saben qué?… ¡Estoy harto cansado! Por donde quiera que leo me encuentro estadísticas sobre los efectos negativos del mal liderazgo en las empresas y siete mil recetas para ser un mejor líder.

Algunas estadísticas hasta me ponen los pelos de punta. Y lo más grave es que con suerte soy parte del problema.

Cifras sobre el liderazgo que impactan

En México 80% de las empresas no tiene empleados líderes según encuestas de Mercer, firma experta en Recursos Humanos. Solo 2 de cada 10 organizaciones tienen personal listo para ocupar posiciones críticas.

En el Reino Unido, según un estudio publicado en Corporate Rebels, el costo de la mala gerencia es de 84 billones de libras esterlinas. Se incluyen aquellos generados en las personas por el estrés, ansiedad y la mala salud. También el de las empresas por la desmotivación, la caída en la productividad y la alta rotación del talento.

En Estados Unidos las empresas son víctimas de un asombroso robo a mano armada en entrenamiento de su personal. Según el Harvard Business Review, en el país se gastan $160 billones anuales y cerca de $365 billones globalmente fomentando el liderazgo. Y sin embargo, no se alcanza un mejor desempeño organizacional. En términos financieros esto es igual a invertir / botar dinero a cambio de rentabilidad negativa.

Cid Gallup e Inc. nos dicen que el 70% del personal no está comprometido en sus empresas. ¡Que el 49% de las personas aman lo que hacen pero no soportan a sus jefes! ¿Por qué será entonces que no se despiden a a los jefes? Se sabe que 80 de cada 100 empresas en Latinoamérica valoran estrategias de desarrollo del liderazgo, pero solo 40 logran implementar algo.

El 42% de las firmas dijeron que les faltan fondos para desarrollar líderes y 36% indicaron que no es un tema prioritario. Un 14% se declararon imposibilitadas para retener a los líderes una vez que los desarrolla. ¡Apuesto a que estas son las mismas que más se quejan de su pobre desempeño y andan buscando la pomada canaria!

¿De quién es la culpa?

La culpa es de todos nosotros. No estamos dispuestos a pagar el precio para ser líderes. Un líder es una persona íntegra, en equilibrio, que se conoce y se estima. Esto equivale a que tenemos que trabajar en conocernos para serlo.

Todo el dinero que se invierte, la preparación, el tiempo, todos los etcétera posibles no sirven, sino estamos dispuestos a sufrir en conocernos para sacar a la luz nuestros talentos y aplicarlos. Solo pensamos en resultados económicos y se nos olvida lo fundamental: las personas. Admiramos a aquellos que son mejores que nosotros porque sencillamente han sido más disciplinados y rigurosos que nosotros. 

Tratar bien a las personas es la esencia del liderazgo. Richard Branson de Virgin Group y Herb Kelleher, fundador de Southwest, nos recuerdan que lo más importante es tratar a los colaboradores bien, de tal forma que ellos se encarguen de los clientes y estos, a su vez, del flujo de caja y de las utilidades. No entiendo por qué compramos tantos libros para leer sobre algo tan obvio.

De lo que se trata el liderazgo

Sobre esto, ¿qué tienen en común el padre de la administración moderna y el sexto presidente de los Estados Unidos? ¿O la COO de la empresa #76 de la lista 500 de Fortune y un pastor calvinista?

La verdad no mucho… ¡o tal vez sí! Todos ellos sí entienden qué es liderazgo y cuál es su base.

Tratar de explicar en un enunciado, de manera clara y exacta, el significado de liderazgo no es una tarea fácil, más aún de una cualidad tan comentada, estudiada y perseguida pero muy poco desarrollada.

Peter Drucker (1909-2005), conocido como el mayor filósofo de la administración del siglo 20, resume liderazgo en el proceso que le permite al líder tener seguidores. Sin ellos no se puede ser líder. ¡Eso es todo! Es dominar el arte de lo sencillo pero pasando por el proceso: sudar para lograrlo.

John Maxwell, escritor, coach y conferencista que ha escrito más de 80 libros sobre liderazgo (algunos en la lista de best sellers del New York Times) dice que liderazgo es influencia. Significa que tenemos que trabajar buscando ese impacto.

Por su lado, Sheryl Sandberg, actual directora operativa de Facebook, nombrada en las lista de las 25 personas más influyentes en la web y entre las 50 mujeres más poderosas en negocios, nos dice que el liderazgo es hacer a otras personas mejores. Esto como resultado de nuestra presencia, asegurándonos que ese impacto perdure en nuestra ausencia. En otras palabras: es una acción que tendremos que trabajar día a día, todos los días.

Finalmente, don John Quincy Adams, sexto presidente de los EEUU y líder abolicionista, ya lo tenía clarísimo a inicios del siglo 19: “Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, a aprender más, a hacer más y ser más, entonces usted es un líder”. Se trata de moverse, actuar y ser ejemplo.

La falta de liderazgo explica todo el sufrimiento en las empresas. Click To Tweet

Liderazgo en un párrafo

Liderar es un verbo que no tiene nada que ver conmigo mismo. Es entregarse a los demás y lograr inspiración. Sencillísimo. ¡No sé por qué tanto drama con este tema! ¿Será que no queremos realmente ser lideres? Es trabajar y sudar hasta que duela para inspirar haciendo lo elemental.

Continuará…

Abrazo afectuoso,

Rodolfo Cruz N.

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