Crecimiento Personal
Un brindis por las nuevas etapas en la vida
¡Hola!
En días pasados me concedieron el honor de hacer el brindis en un baile de graduación de Colegio para un grupo de muchachos y muchachas. Por días estuve pensando qué mensaje podría darles que les inspirara para la nueva etapa de sus vidas que están a punto de comenzar.
Comencé por preguntarme: ¿qué irán a estudiar?, ¿en qué se desarrollarán?, ¿cómo impactarán el mundo que les rodea? ¡Las respuestas solo ellos la sabrán!
Uno de los estudiantes es mi hijo y por esto la experiencia era aún más personal, así que también pensé en todos los padres que, como yo, querían transmitirles consejos valiosos a los suyos. Nosotros los preparamos para la vida, pero el camino lo tendrán que recorrer ellos solos.
Me gustaría compartirles el resultado. Incluye ideas que hemos conversado en algún momento desde que inició esta aventura (blog), en la que he aprendido mucho y crecido con sus mensajes e ideas:
«Buenas noches queridos Graduandos 2019, familiares presentes & amigos;
Se me ha dado el privilegio de dirigir un mensaje esta noche a estos muchachos y muchachas que salen del Cole y que emprenderán una nueva etapa de su vida. Estoy seguro de que todos los que estamos aquí les deseamos que les vengan grandes oportunidades de crecimiento, realización y felicidad.
No creo que tenga mucha autoridad para compartirles mensajes de vida, pero con mucho cariño me gustaría transmitirles algunas lecciones aprendidas para disfrutarla. No vengo a desearles éxito en la vida, vengo a desearles una vida plena. El éxito es algo relativo y muy personal.
No quiero extenderme. Lo bueno que tienen las lecciones es que son muy concretas y fáciles de recordar:
- Los buenos tiempos son temporales y, los malos también. Og Mandino en su obra “El Vendedor más grande del Mundo” nos recuerda que todo pasa. Si, todo pasa. Así que cuando se puedan reír con la vida, háganlo al 100%. Y cuando las cosas se ponen difíciles, para adelante con fuerza. La vida es una cosa extraña y aunque se esfuercen en preparar una buena hoja de ruta, siempre habrán sorpresas que le añadirán tensión, picardía, dolor y/o felicidad. Tengan presente en esta nueva etapa de vida que los eventos dolorosos no son exclusivos, a los demás también les pasan cosas, por ello cuando alguien los necesite brindénle su tiempo y apoyo. No hay nada más importante que servir a los demás, y recuerden que todo pasa.
- Vivan el hoy. Como nos recuerda Lao Tzu, uno de los filósofos más relevantes de la civilización China, si están algo deprimidos es sencillamente que están viviendo en el pasado. Si sufren de ansiedad, es que están viviendo en el futuro. Esfuércense por estar en paz, ubicándose en el presente. Por favor, no dejen de hacer lo importante hoy pensando que lo harán mañana. ¡Con suerte mañana no llega! Besen y abracen a sus seres queridos y recuérdenles cuanto los aman y que tan importante son para ustedes. Sonrían y hagan el bien.
- Ser feliz requiere de esfuerzo y compromiso. No hay que asustarse de no sentirse siempre feliz. Si fuera así, algo extraño estaría sucediendo. Hay días buenos y días malos, y esto es lo natural, la actitud con la que nos enfrentemos a esos momentos hará la diferencia. La búsqueda incesante de la felicidad puede hacernos infelices ya que la misma está allí, frente a sus ojos y nace de uno mismo. Bajen el ritmo y la velocidad, eso les permitirá ver y disfrutar la esencia de las cosas. El camino hacia la felicidad implica lidiar con uno mismo, para tomar el control de la vida. Conózcanse lo más que puedan y por favor, vivan su vida, no la que otros quieran para ustedes.
- Distingan lo importante en la vida. Lo realmente valioso son: la familia y los verdaderos amigos. Punto. Repito; la familia y los verdaderos amigos. Creemos que el éxito, el dinero y otras cosas mundanas son importantes. Les aseguro que no es así.
Aprovechen la vida en esta nueva etapa, un día a la vez.
¿Y esta lecciones de vida cómo se aplican? Quizá un pequeño cuento nos ayude:
En un lugar no muy lejano vive el hombre más sabio del mundo. ¡Ciento sesenta y cinco años y nunca se ha equivocado!
En el pueblo donde vive este sabio, habían dos niños que estaban todo el día pensando en qué podían hacer para que el sabio se equivocara al menos una vez. Un día, uno de los dos niños le dijo al otro: ¡Ya lo tengo! Ya sé lo que haremos para que se equivoque:
– Iremos a ver al hombre sabio con un pájaro entre las manos. Sin abrir las manos le preguntaremos si el pájaro está vivo o muerto. Si nos dice que está muerto, abriremos las manos y le mostraremos como vuela; si nos dice que está vivo, lo apretamos con las manos hasta ahogarlo.
El otro niño, después de escuchar aquella proposición, contestó emocionado: ¡Buenísima idea!, ¡de fijo se va!, diga lo que diga estará equivocado.
Los dos niños se fueron entonces a buscar al hombre sabio. Lo vieron con sus ciento sesenta y cinco años caminando despacio y encorvado, con su túnica y su bastón, sus ojos pequeños y su barba blanca. Se acercaron los dos al hombre sabio y le preguntaron:
-“Señor sabio, perdone que le molestemos, queremos hacerle una pregunta. Tenemos un pájaro entre las manos, y queremos que usted nos diga si cree que está vivo o si por el contrario está muerto».
¿Qué contestó el sabio?, ¿cuál fue su respuesta? Los dos niños estaban expectantes mientras el hombre sabio contestó sin dudar: la respuesta está en sus manos.
¡Me encanta este cuento! Lo encuentro fabuloso.
La vida que van a tener hacia adelante depende SÓLO de ustedes. ¡SÓLO de ustedes! Recuerden que la vida es muy simple, no es fácil, pero sí muy simple. Se resume en tres cosas:
- Decidan qué tipo de persona quieren ser en esta nueva etapa de vida y qué tipo de vida quieren tener.
- Luchen para conseguirlo y…
- Háganlo con alegría.
Todos los acá presentes les deseamos lo mejor y por ello brindamos con esperanza y emoción!
¡Salud muchachos!
La vida que construimos depende sólo de nosotros y cómo queramos vivirla. Share on XGracias por leerme, me gustaría conocer qué lecciones han aprendido durante sus vidas y así poder crecer y compartirlas.
Rodolfo E. Cruz Naranjo