¿Me robaron mi empatía o solamente la dejé ir?

Liderazgo

¿Me robaron mi empatía o solamente la dejé ir?

¡Hola!

Hace algunos días me corté el cabello al ras, lo cual no ayuda para que luzca mejor pero es bastante cómodo. Justo al día siguiente y leyendo a la periodista española Marta García Aller, he quedado con los pelos de punta, como si fuera puercoespín.

Mi noción de empatía que tanto comparto con mis alumnos, al conversar sobre Inteligencia Emocional (IE), se ha visto sacudida mientras leía a la periodista y ella reflexionaba sobre el impacto de la tecnología en las relaciones. Dice Marta que hoy en día“los amigos de verdad se convierten en aquellos que comparten la clave del wifi”. 🙂

Daniel Goleman, precursor del concepto, nos dice que la IE es tan, o más importante, que las capacidades intelectuales. Según el autor se compone de cuatro elementos: autoconcienca, autorregulación, motivación y empatía.

La empatía es la dimensión que más fácilmente se reconoce. Es muy relevante en los procesos de liderazgo en las empresas, ya que permite tener en consideración los sentimientos de las personas, junto con otros factores, para la toma de decisiones inteligentes.

¿Qué es la empatía?

La empatía es la habilidad para comprender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar con el propósito de responder correctamente a sus reacciones emocionales, verbales y no verbales, visibles e invisibles. La aptitud de experimentar sensaciones ajenas como si fuesen propias es su base.

Sigue el Sr. Goleman contándonos que la neurociencia ha identificado tres tipos distintos de empatía, que se ubican en partes específicas del cerebro:

1. La cognitiva que nos permite ser capaces de percibir cómo piensa la otra persona.

2. La emocional que nos posibilita recoger los sentimientos de quienes nos rodean a través de lenguaje verbal y no verbal y así experimentamos entonces lo que sienten. Se dice que nuestros sentimientos tienen resonancia.

3. La preocupación empática, la cual es la sensibilidad hacia los requerimientos y necesidades de otras personas y la disponibilidad de ayudar si es necesario.

La empatía es clave. Se trata de una destreza importante para el liderazgo eficaz. Sin lugar a dudas, está altamente relacionada con un buen desempeño en el trabajo. Los líderes/gerentes que se muestra más empáticos hacia sus colaboradores se observan como mejores en el ejericio de sus labores y en el logro del propósito organizacional.

¿Cómo desarrollamos la empatía?

Dado que el cerebro puede cambiar, para fomentar el desarrollo de la empatía requerimos practicar y repetir las experiencias hasta que se vuelvan hábito. Por ejemplo, por medio de la curiosidad y el saber escuchar.

Al ser curiosos y preguntar a los demás sobre su punto de vista, enganchamos con los otros y podemos aprender sobre sus perspectivas, sobre la realidad del asunto que se esté tratando. Si ponemos verdadera atención a las respuestas, escuchando las palabras y sintiendo lo que transmiten podremos visualizar mejor los estados de ánimo.

Menos conversaciones, menos empatía

Los hábitos para comunicarnos y relacionarnos están variando a una velocidad impresionante. Con las nuevas tecnologías, al estar conectados siempre, se nos ha olvidado lo indispensable para la química personal: conversar.

Ya no nos hablamos, generalmente solo nos escribimos. Lo más parecido a hablar por teléfono es enviar audios por Whatsapp. Nos hemos alejado de las personas y no nos percatamos de que hablar frente a frente es vital para las buenas relaciones. Nuestra manera de utilizar los smartphones pone en peligro la empatía y la capacidad de relacionarse con naturalidad.

Mensajear tanto casi que cambia el concepto de amistad de algo totalmente incondicional hacia algo que se puede apagar y encender , y es muy peligroso si lo practicamos cuando conducimos y/o caminamos. Whatsapp acerca a los que están lejos y aleja a los que están cerca. Ha desaparecido el hábito de dedicarle 100% de atención a alguna conversación. Lo habitual ahora es escuchar a medias, con el rabo del ojo revisando el celular o inquieto porque no han llegado nuevos likes al post de hace un rato en Facebook.

A pesar de que los smartphones nos tienen más conectados, apenas conversamos. La capacidad de entender e interpretar correctamente los sentimientos de los otros está disminuyendo y la empatía decrece significativamente. ¡Y no se hable de la ortografía! Las imágenes nos están comiendo las palabras.

Dejemos el teléfono a propósito en el carro cuando almorzamos o cenamos, quizá volvamos a dialogar y así prestar atención a lo que otros intentan decirnos. No solo lograríamos entenderlos, sino que llegaríamos a comprender su interior y sus acciones. Si necesita practicar, con gusto nos tomamos un café. Eso sí, ¡no se aceptan teléfonos! 🙂

¡Abrazos!

Comments (6)

  • “Los amigos de verdad se convierten en aquellos que comparten la clave del wifi”. ¡¡¡Que impacto por Dios!!!
    Estoy completamente de acuerdo, ya ahora la gente casi no se habla, solo se escribe. Lo noto muchísimo en el trabajo, la gente ya no quiere conversar con compañeros, prefieren escribir un correo antes de hablar cara a cara. A cómo va el mundo, con tantísima tecnología, se debe hacer un cambio, sino se perderá la empatía al 100%.

    El cambio empieza con uno mismo, si hacemos un esfuerzo por dejar la tecnología atrás, volveremos a realmente disfrutar la compañía de otros.

  • “La capacidad de entender e interpretar correctamente los sentimientos de los otros está disminuyendo y la empatía decrece significativamente.” Interesante esto, me gusta verlo como una oportunidad… más allá de la velocidad con la tecnología está cambiando la manera de comunicarnos, hay algo que no va a cambiar posiblemente hasta que los robots nos dominen y es el hecho que debemos interactuar con las personas, se quiera o no… quien logre mantener la habilidad de ser empático y entender los sentimientos de los otros, tendrá un gran poder.

  • Cristian Acuna Lopez

    He escuchado en muchas ocasiones, de diferentes maneras, una frase que va mas o menos asi “Es que Roberto si que es una persona empatica!, se conecta con vos”, o otras frases dichas desde la otra acera “A la verdad, Maria tiene cero empatia”… Haciendo alusion a esa idea(preconcebida?) de que se es empatico por suerte del destino o caso contrario, se debe aprender a ir a brincos y saltos diciendo “perdon” cada vez que nuestra “falta” de empatia aflora..
    Yo elijo creer que la empatia viene mas bien de si escojes gustar o no de la gente, como ha dicho muy bien usted don Rodolfo cuando he tenido la oportunidad de escucharle.. Porque gustar o no de las personas no tiene nada que ver con la otra persona, tiene que ver con uno. Si uno gusta de si, se da al mundo, a la vida, si te agradas a vos mismo, sales a la calle con confianza, viendo lo bueno en cada quien… Asi es como creo que la empatia a los demas, es un reflejo de la empatia a si mismo..

    Muy buenas las ideas que nos comparte Don Rodolfo,
    Hasta pronto.

  • Carlos Morales Castro

    Con este tema lo que me hace pensar es que la responsabilidad de hacer un cambio esta en los nuevos padres, la norma ahora es darle una Tablet al hijo o hija para que se entretengan, desde ahí estamos fortaleciendo las barreras para desarrollar la empatía, los hábitos buenos o malos comienza en la familia. Por esto creo que en mi caso la deje ir, pero definitivamente en el caso de mi hija voy a esforzarme para no quitársela. Hahahah también voy a trabajar en mi…

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© Rodolfo Cruz Naranjo 2024