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Cómo alejar a los imbéciles de las organizaciones

¡Hola!

No sea un imbécil!

Llámenme “engañado”, pero soy de aquellos que creen que las empresas deben ser una bendición para el personal. También creo que si no es así, es por la presencia de aquel cretino que nos hace la vida imposible. Es por ello que sigo con este tema que había abordado en un post anterior.

Las personas tóxicas generan culturas negativas, dañan el bienestar de la gente y son un reto mayúsculo en la gestión de empresas; ante todo muestra de ausencia de liderazgo organizacional.

En palabras de Berti Charles Forbes (14 de mayo de 1880 – 6 de mayo de 1954), periodista financiero y autor escocés-estadounidense que fundó la revista Forbes, en su primer editorial nos indicaba que, “Las empresas existen para generar felicidad, no una pila de millones”(1917).

Es por ello que he disfrutado sobre manera la lectura y los mensajes de un gran libro que trata precisamente de como lograr organizaciones que sean felices y prósperas a partir de gente feliz y comprometida, alejando a aquel irrespetuoso que nos daña.

Uno de los principales argumentos del libro es que las personas tóxicas pueden tener un impacto negativo en el rendimiento de la organización y por ende en los resultados financieros y la tan famosa última línea.

Las personas tóxicas pueden desalentar a los empleados, reducir la moral y hacer que las personas productivas abandonen la empresa. Se sugiere que esto puede tener un impacto económico significativo, y que las empresas deberían esforzarse por evitar la presencia de personas tóxicas en su lugar de trabajo. ¿Se le hace conocida esta situación?

“La regla del No Imbécil”

“The No Asshole Rule” de Robert Sutton nos presenta cómo lidiar con personas tóxicas en el lugar de trabajo. Las personas tóxicas, como los “imbeciles”, pueden causar un gran daño a una organización y a su cultura, y por ello es importante establecer una regla clara de que ese comportamiento no debe ser aceptable.

Los líderes en las organizaciones muchas veces no vislumbran que tienen en sus manos más que negocios u asuntos por atender; tienen el destino de personas, inclusive sus familias y más allá. Es por ello que cobra más importancia hacer conciencia de la altísima responsabilidad que tenemos al dirigir personas y de la obligación suprema de no ser un imbécil.

Sutton define a los “imbéciles” como aquellos que tratan a los demás de manera cruel, grosera o irrespetuosa, y que no se preocupan por los efectos negativos que su comportamiento puede tener en los demás.

Estos comportamientos no solo son moralmente incorrectos, sino que también pueden tener efectos perjudiciales en la salud y la productividad de los empleados.

Los “imbéciles” son dañinos para la organización, ya que pueden desalentar a los empleados, reducir la moral y hacer que las personas productivas abandonen la empresa.

¿Cómo se puede trabajar con un imbécil en el lugar de trabajo?

¡No hay que hacerlo!

Para abordar este problema, Sutton ofrece la regla de “no imbéciles o cretinos”. Esta regla implica que NO se tolerará el comportamiento de los “imbéciles” en la organización, y que se tomarán medidas para mantener un ambiente de trabajo saludable. Así de sencillo. Es la labor de un líder que entiende que el servicio a los demás es lo más importante.

Algunas estrategias para alejar a los cretinos, generar y mantener el bienestar de las personas y por ende apoyar mejores indicadores de desempeño, son:

  1. Establecer límites claros es una estrategia importante para tratar con personas tóxicas. Esto puede implicar establecer una política de cero tolerancia para comportamientos inapropiados y asegurarse de que los empleados conozcan qué se espera de ellos en términos de conducta. También puede implicar establecer límites personales y dejar en claro que ciertos comportamientos no serán tolerados.
  2. La documentación de los comportamientos tóxicos también es importante. Esto puede incluir llevar un registro de las interacciones tóxicas y las quejas de los funcionarios, y presentar pruebas claras si es necesario. Al documentar estos comportamientos, se puede construir un caso más fuerte para tomar medidas si es necesario.
  3. Fomentar una cultura de respeto y colaboración también es clave para tratar con personas tóxicas. Esto puede suponer el fomentar la comunicación abierta y honesta entre el personal, alimentar la colaboración y el trabajo en equipo, y asegurarse de que el talento se sientan valorados y respetados. Al hacerlo, es más probable que los empleados se sientan motivados y comprometidos, y que las personas tóxicas se sientan menos inclinadas a comportarse de manera inapropiada.
  4. En algunos casos, puede ser necesario alejar a la persona tóxica de la organización. Esto puede implicar el despido o la transferencia de la persona a otra área de la empresa. Aunque esto puede ser una decisión difícil de tomar, se debe proteger la salud y la productividad de los demás.

Es importante tener en cuenta que tratar con personas tóxicas puede ser un desafío, y que no hay una solución igual para todos los casos. Cada situación es diferente y requerirá acciones adaptadas a las necesidades específicas de la organización y de los colaboradores.

Sutton presenta varios ejemplos de situaciones en las que se puede aplicar la regla de “no imbéciles”.

Uno de los ejemplos es el caso de una persona tóxica que está causando estragos en una organización y ha hecho que muchos empleados productivos renuncien. La implementación de la regla de “no imbéciles” puede ayudar a abordar este problema al establecer límites claros y tomar medidas para evitar que la persona tóxica siga afectando a la organización.

Como líder, es importante establecer límites claros y comunicar claramente las expectativas de comportamiento y si te topas con un cretino, la mejor forma de actuar es….no cretinos y listo!!! Acá aplica el dicho del abuelo…una manzana podrida pudre a todas las demás. No queremos eso para nuestra empresa, o sí? Acá algunas ideas para ser felices en el trabajo.

Abrazo afectuoso,

Rodolfo (que espero no haber sido nunca un asshole!)

¿Cómo vivir con poco dinero?

Consejos para vivir con poco dinero y ser feliz

¡Hola!

Es una realidad que el costo de vida ha aumentado en los últimos años, nos vamos acostumbrando a vivir con poco dinero, porque la mayoría se va en pagar cuentas. El tema de alto endeudamiento de los hogares se ha convertido en un asunto de salud pública y la economía decrece. Nada resulta fácil, pero estos días he estado reflexionando y creo que si hacemos algunos cambios que están bajo nuestro control, quizá podamos mejorar nuestra calidad de vida.

Se que no suelo escribir sobre estos temas, pero cuando salgo a la calle o converso con la gente, este tema siempre está presente y me doy cuenta que causa un gran estrés en las personas, incluso, mal humor, irritabilidad, ataques de ansiedad y una infelicidad total. El pesimismo se apodera de las calles y se refleja en todas las actividades del día.

Es por ello que es un asunto que se debe atender. Si usted es como yo probablemente se ha preguntado en algún momento: ¿Dónde se ha ido el dinero que honradamente me he ganado? y de seguido ¿Por qué aumentan mis deudas?

La única verdad es que no se ha ido, lo hemos dejado ir y los saldos por pagar se incrementan porque no los dejamos ir (suena extraño ¿cierto?), pero el asunto es sencillo de explicar. Algunas veces gastamos sin sentido más allá de lo saludable, manteniendo un nivel de vida que en ocasiones debería posponerse o evitarse del todo.

¿Cómo vivir con poco dinero?

Para que el dinero no sea un tema de preocupación y estrés, debemos tener claro que su manejo responsable es un asunto nuestro. Es igual que la felicidad porque depende de nosotros mismos. Entender cómo administrarlo es importante, porque si lo hacemos bien, nuestra calidad de vida y la de nuestras familias mejorará.

Cuando les decía que si hacemos algunos cambios, sobre asuntos que están bajo nuestro control, me refiero a un cambio de enfoque, por lo que quisiera que reflexionemos sobre cuatro pasos para que podamos ganar tranquilidad y vivir con mayor plenitud disfrutando de lo importante. No son consejos estrictamente financieros o de manejo del flujo de caja; por el contrario, son ideas que atacan los asuntos de fondo:

  1. Definir con precisión nuestro propósito en esta vida. ¡Es nuestro norte! ¿Cuál es la razón de nuestro existir y por qué hacemos lo que hacemos? Teniendo esto como punto de partida podremos establecer dónde queremos estar en el futuro. Pongámonos objetivos de corto y mediano plazo, de esta manera iremos avanzando y analizando si estamos viviendo la vida que nosotros queremos vivir y, no la que los demás quieren que vivamos. Nosotros definimos nuestro destino.
  2. Contestarnos las siguientes tres preguntas; las mismas que se realizan a nivel de empresas para avanzar con la estrategia. ¿Dónde estamos?, ¿A dónde queremos llegar? y, ¿Cómo lo haremos? Es fundamental definir nuestra posiciones de liquidez y patrimonial. Este primer paso nos abrirá los ojos y nos permitirá ver con claridad la dimensión de la situación. ¿Hay liquidez? ¿Hay solvencia? Con la segunda pregunta nos alineamos al propósito y la tercera no es más que la estrategia para lograrlo.
  3. Liberarte de toda angustia y ansiedad y,  poner manos a la obra. No podemos procrastinar en estos asuntos. Hay que agarrar al toro por los cuernos y aprender a vivir con lo que tenemos, aunque eso implique aprender a vivir con poco dinero. Como lo menciona Dale Carnegie en su obra, “Como suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida” debemos seguir los principios fundamentales para disminuir las preocupaciones. Vivamos solamente el día de hoy. No dejemos que el mañana o el ayer nos distraigan y minen nuestras energías. Hay que hacerle frente a los problemas sabiendo que es lo peor que podría suceder y prepararnos para aceptarlo. Partiendo de allí hay que tratar de mejorar la situación. Una cabeza fría y ordenada, toma mejores decisiones.
  4. Finalmente, debemos dar respuesta honesta y sincera a las siguientes preguntas. Póngalas por escrito y téngalas en un lugar visible. ¿Cuál es el problema? ¿Cuáles son las causas del problema? ¿Cuáles son las posibles soluciones? ¿Cuál es la mejor solución? Apuesto a que la respuesta a la primera pregunta de una vez nos encausa a las siguientes. En mi caso sería: YO. Debemos analizarnos con humildad para asumir las consecuencias de nuestros actos y entender que el dinero no define quienes somos, administrémoslo responsablemente y utilicémoslo para llegar donde queramos hacerlo.
  5. Esta no estaba enumerada, pero haga algo. Un día a la vez, un centavo a la vez, no desespere, administre su dinero de forma inteligente.

Un abrazo afectuoso,

Rodolfo Cruz Naranjo

La historia de don Mingo

Don Mingo y la analogía del bosque

Hola!

Mi abuelo utilizaba muchos refranes populares para darle fuerza a sus mensajes. Conversando de gestión empresarial, recuerdo que siempre me decía, “hay que cuidar los pequeños cincos, ya que los grandes se cuidan solos” tratando de hacerme entender la importancia de la mesura y el ahorro.

A pesar de su sabiduría y la experiencia que los años otorgan, con este consejo creo en particular que se equivocó.

Como comento en un blog anterior, sobre cuál es el objetivo de una empresa, los indicadores financieros nos distraen de gestionar lo verdaderamente importante, que son aquellos recursos o capacidades diferentes que las organizaciones poseen para asombrar y emocionar a sus clientes, entregando un alto valor en sus productos o servicios.

Por si no lo recuerdan, las decisiones de compra son más emocionales que racionales.

Me explico, ¡al estilo del abuelo con un ejemplo!

En las empresas agrícolas se trabajan una serie de actividades que desencadenan y afectan todas las otras, y por su relevancia se deben conocer y administrar de la mejor manera. Esto obliga a la administración a entender el negocio como un todo para saberlas identificar e interpretar.

En muchos cultivos, por ejemplo, el 100% de las labores que se realizan en todo el ciclo de producción dependen de equipo agrícola e industrial, que se utiliza desde la preparación de los suelos, en las labores de siembra, desarrollo y mantenimiento del cultivo, hasta la cosecha, el empaque, el transporte y despacho al cliente o al puerto (si son productos de exportación, etc.).

La buena o mala utilización del equipo se mide con un indicador que se llama “Disponibilidad de Horas Máquina”, que debe ser lo más alto posible.

La historia de don Mingo

En una empresa que conozco, Mingo, Jefe de Taller, a quien se le recuerda con cariño -por su pericia técnica, don de mando y estilo de liderazgo- lograba mantener, junto con su equipo de mecánicos, una disponibilidad de horas máquina por encima del 95%.

Esto es igual a que de un día completo, los equipos estaban disponibles para el trabajo 22 horas y 48 minutos. Sin lugar a dudas es un porcentaje digno de admiración; en términos financieros muy eficiente y para la operación de una compañía altamente eficaz.

Como buen colaborador, aparte de un buen salario, tenía otros beneficios laborales como disponibilidad de un vehículo de uso discrecional, casa de habitación, alimentación, servicio de limpieza, lavado de su ropa y hasta la posibilidad de retirarse temprano los viernes, por cuanto vivía solo, lejos de su familia y seres queridos.

Mingo, con su excelencia en el desempeño de sus obligaciones, permitía que la operación y administración de la finca fuera sumamente “sencilla”, sin sobresaltos y por ende los distintos (y tan famosos!!) indicadores de gestión fueran favorables y positivos la mayor parte del tiempo.

Sin embargo, no podía seguir igual…

Esto era así hasta que, por un cambio de circunstancias, la administración fija su enfoque en lo no importante. Llegaron nuevos responsables y se pusieron manos a la obra para mejorar los resultados. Se dedicaron entonces a ver y tratar los árboles sin prestar atención al bosque!

Probablemente, con un bien intencionado propósito de contribuir con mejorar las utilidades de operación, disminuir costos, salidas de efectivo y lograr eficiencias de las diferentes tareas, iniciaron un proceso de revisión y control de costos, línea por línea en la empresa.

Es más sencillo en las empresas bajar gastos que generar nuevos ingresos. Se recortaron egresos en el uso de vehículos, atenciones y beneficios a empleados y solicitaron a Recursos Humanos que controlaran mejor el cumplimiento de los horarios de trabajo.

Sobra decir lo que ya han visualizado.

Pues como era de esperar, Mingo se retiró de la organización debido a que la reciprocidad en el trabajo debe darse en las dos vías (empresa / colaborador) y el propósito que se compartía a nivel cultural, que era muy fuerte, de ser los mejores en la entrega de la mejor fruta posible se desvió a favor de la mejor fruta, pero más económica.

Esto es dejar de ver el bosque y concentrarse en los árboles. Siempre hay algunos arboles que incomodan y que estorban mientras se vean de manera individual, pero forman parte de un todo y su evaluación debe darse en consecuencia.

Con la toma de decisiones financieras, derivado del análisis microeconómico, sus resultados se analizan marginalmente. Esto quiere decir que si los beneficios superan los costos, se genera valor y por ende hay luz verde para proceder.

Cuando se valoraron los costos línea por línea en mi ejemplo, no se entendió, o ni siquiera se conocía, el impacto de una excepcional disponibilidad de horas máquina.

Un 1% menos de disponibilidad representaba costos superiores a los US$125 mil en alquiler de equipos sustitutos, pérdidas de eficiencia del cultivo, calidad o inclumplimientos en las entregas de frutas contratadas. El costo (INVERSION) en beneficios extra del Taller tenían un TIR muy muy alto.

Con el cambio detallado, las decisiones no contemplaron el impacto en el verdadero driver de valor que sostenía la integridad de la operación…. don Mingo!!

Entonces, con vehemencia les pido…

Con un amplio conocimiento del modelo de negocio, dedíquense a incrementar o sostener la primera línea del Estado de Resultados, visualizando y sosteniendo a quien o quienes manejan y hacen la diferencia con lo que es realmente valioso.

Háganles saber lo importantes que son, háganlos sentir bien y prémienlos acorde a su esfuerzo. No vaya a ser que por cuidar los pequeños cincos, los grandes se pierdan!

Abrazos,

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La razón de ser.

¿Cuál es el objetivo de una empresa?

¡Hola!

Voy a empezar siendo directo: Estoy seguro de que muchos CFO’s (*) están equivocados, muy equivocados. ¿De dónde lo deduzco? De mis vivencias profesionales en el campo de las finanzas y cómo docente del mismo tema. He llegado a la conclusión de que nuestras culturas organizacionales tienen una adicción sistémica al rendimiento y a alcanzar las cifras establecidas.

Puedo asegurar que si preguntáramos cuál es el objetivo de una empresa a un inversionista, un empresario, un gerente o hasta un emprendedor, 80 de cada 100 casos, sino más, responderían que generar riqueza y valor. Se vale hacer el ejercicio para comprobarlo.

El problema no es que lo digan, sino que lo creen y actúan en consecuencia. El talento de la empresa, sus directores, accionistas, y hasta los clientes se ven arrastrados en esa corriente.

Vivimos en una época donde los números (los frío$$$ números) del corto plazo, los indicadores de gestión, el ROE, el ROA, el TIR, el VAN, la utilidad neta y otros tantos, raptaron la mente de muchos, distrayéndolos de lo importante, de lo fundamental: la gente que vive, siente y que les rodea.

Estamos equivocados

Lo que sucede es que, cuando los cosas no van como se desea, el problema que se atiende no es el verdadero problema. ¿Entonces qué pasa? Que hacemos los números, que buscamos aumentar las ventas, que recortamos los costos, pero la solución nunca llega.

La ruta al éxito, sostenible en el largo plazo, es la que nos recuerda Richard Branson de Grupo Virgin:”Las empresas existen para enriquecer la vida y ser una bendición para las personas, sino sencillamente no valen la pena”.

¡¡WOW!! Un cambio radical en la forma de ver las cosas, ¿cierto? La frase dice lo que necesitamos saber sobre la razón de ser de cualquier empresa y no menciona el valor para el accionista.

El valor de una empresa no está en sus activos, su estructuración financiera o el estado de resultados, sino en el sentido de propósito de las personas que trabajan en ella. Click To Tweet

La razón de ser

Los drivers de valor en las organizaciones no están en los activos ni en la estructuración financiera, menos en el estado de resultados. Por el contrario, nacen de un fuerte sentido de propósito con el que todos en la empresa comulguen y vivan.

Están en el desarrollo del liderazgo, en la innovación, en una fuerte cultura organizacional, en tener la gente correcta en el puesto correcto. En la sencillez, en el aprecio a lo esencial y en el entusiasmo que solo podemos sentir cuando auténticamente creemos en el impacto de lo que estamos haciendo. Los intangibles con resultados tangible$$$.

Esto es lo que debería estar de #1 en lo urgente y en lo importante en la agenda de todos. Trabajando en el sentido de propósito, la organización irradia gozo y el cliente lo nota. Como la felicidad es contagiosa y hay coherencia entre quienes decimos ser y quienes somos, los clientes se sienten bien, saben que somos auténticos, se quedan con nosotros y nos acompañan en las buenas y en las no tan buenas.

Apuesto que, si nos enfocamos en esto, los rédito$$ llegarán, no como el fin sino como el resultado de lo que hacemos. El destino será el mismo, pero la ruta será sostenible y placentera.

MBA en Finanzas: Ocúpese de una sola cosa: EL BIENESTAR DE SU GENTE. Promueva que su gente esté feliz para que se ocupe genuinamente de una sola cosa: EL CLIENTE. Y este se ocupará de dos cosas que al CFO le encantan: EL FLUJO DE CAJA Y LOS BENEFICIOS. Es así de sencillo.

Por eso digo, nunca debemos tomarnos las finanzas muy en serio. Lo que sí debemos tomarnos en serio es un buen café.

Saludos.

(*) CFO = Chief Financial Officer = Gerente de Finanzas

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© Rodolfo Cruz Naranjo 2024