¿Tiene miedo? ¡Yo también! ¿Qué hacemos?
¡Hola!
Que días estamos pasando ¿verdad? Inimaginables. No nos esperábamos esta pandemia, por lo que son tiempos muy dolorosos e inciertos. Es natural sentirse estresado e inquieto. Los sentimientos que afloran en nuestras mentes y que provocan estragos en nuestros cuerpos de seguro tienen que ver con la angustia. Y ella es la puerta abierta al miedo.
¿Qué es el miedo y cómo nos afecta?
Este (el miedo) se define como una emoción que se caracteriza por una intensa sensación de dolor provocada por el sentimiento de peligro, real o no, presente o futuro (o incluso pasado). Es parte de nuestro arsenal básico de supervivencia que se produce en respuesta a algún estímulo específico y la conducta habitual es huir de él.
Miedo tenemos del hoy y ni que decir del mañana. Este se origina en la incertidumbre, en el no saber que va a pasar en un escenario que cambió nuestra vida de un día para el otro, y que, parece que lo sigue haciendo hora a hora, minuto a minuto. Nos preocupa enfermarnos, perder el trabajo, las noticias nos bombardean con muerte, estadísticas de contagios, recesión económica y para terminar estamos alejados de nuestras familias, amigos y colegas.
El no tener control nos muestra que poca cosa somos y la arrogancia que nos rodeaba. Pensábamos que podíamos hacer y deshacer, y sin embargo un enemigo invisible nos ha mostrado la verdad. Tanto que creíamos saber de la vida, del mundo y ni siquiera nos conocemos, porque de haber sido así esta realidad no nos asustaría y esto nos enoja.
Y ello no es más que la muestra de lo tontos que somos al creernos conocedores y seguros de nuestras capacidades. Por ello, propongo que despertemos nuestros sentidos y seamos muy sensatos. Debemos abrir los ojos y el corazón, y ante todo no dejarnos llevar por la ignorancia y la indiferencia en estos días.
¿Qué hacer entonces? ¡Lo correcto!
Propongo que tomemos aire y nos relajemos un poco. Recordemos que esperar a que se aclaren los nublados del día ha sido una buena estrategia para tomar acciones correctas en muchas otras situaciones. Ante todo debemos defender la salud y la vida de nuestra familia, nuestros vecinos y amigos. Y con ello estaremos protegiendo la de muchos otros. No es un acto egoísta, es todo lo contrario, es la definición propia del liderazgo: servicio a los demás.
¿Cómo enfrentar el miedo para poder actuar racionalmente y salir adelante?
Con mi poca inteligencia, creo que solamente con fe y esperanza. Y aquí me tomaré una libertad religiosa, que espero que me puedan perdonar quienes no sean católicos, lo hago con el mayor de los respetos hacia todos los credos.
El diccionario de la Real Academia Española define la fe como la creencia que se da a algo por la autoridad de quien lo dice. Por otro lado, la cita de Hebreos 11:1 tiene una de las definiciones más bellas que he escuchado: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de los que no se ve”.
El punto es que, sea usted una persona religiosa o no, tenga el credo que tenga, lo correcto es esperar por tiempos mejores. Con certeza llegarán! Reflexione, ore o medite según le parezca mejor, y reconéctese con la esperanza, piense en que todo saldrá bien y encontraremos nuevas formas de vivir una vez que el COVID sea controlado.
Un saludo a la distancia (ya regresarán los tiempos de grandes abrazos),
Rodolfo Cruz Naranjo