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Derrotemos al enemigo de la buena administración.

Derrote al enemigo N.1 de la buena administración

¡Hola a todos!

Me habrán escuchado comentando sobre la poca visión de negocio que pueden tener algunos directores generales y funcionales en las organizaciones, lo anterior dificulta la ejecución disciplinada de la estrategia y el acercarse al propósito de la empresa. Esto se debe en buena medida al enemigo #1 de la buena administración.

No se trata de la presión arterial alta que puede ocasionar condiciones que ponen en riesgo la vida misma sin dar señales de advertencia. ¡Es por dicha algo más fácil de curar! Claro… si tomamos conciencia.

Pero antes de continuar, recordemos que las organizaciones son un conjunto de personas que trabajan y colaboran por un propósito común, por lo que hacer empresa no es ni más ni menos que enfrentar todos los días, día tras día, las complejidades de las relaciones humanas.

Mantener contacto cercano

Para lograr que las personas QUIERAN hacer lo que deben hacer, en lugar de que sientan que TIENEN que hacer lo que deben, se debe generar un ambiente que permita la existencia de una buena “conexión” con otros colaboradores y con sus gerentes y/o líderes.

En su libro de 1982 “En Busca de la Excelencia” (que leí por primera vez allá por 1987 en mis años de universidad), Tom Peters y Bob Waterman acuñaron un concepto de gestión que me “persigue” desde entonces: gerenciar andando de un lado a otro (“Managing by Wandering Around” en inglés o “MBWA” por sus siglas).

Para crear esa conexión no hay mejor arma que el “MBWA”, que nos permite salir de la burbuja y conocer lo que realmente está sucediendo en nuestra organización. Este sencillo concepto, que engloba una práctica disciplinada de administrar, es uno de los consejos gerenciales más importantes que podemos compartir.

'El problema número uno a nivel de productividad gerencial en Estados Unidos es, simplemente, que los gerentes que están fuera de contacto con su gente y con sus clientes' Tom Peters Click To Tweet

Derrotemos al enemigo de la buena administración

Si creían que el enemigo al que me refería es la competencia externa, el macro ambiente, los recursos humanos desmotivados, la incertidumbre sobre la situación fiscal del país, pues no: ¡es el escritorio!

Sí, esa bendita tabla de cuatro patas es el enemigo #1 de la gestión y de la buena administración. Nos llama para tenernos todo el día al frente y nos sirve de escenario para atender los asuntos urgentes que NO son importantes. Facilita que nos roben el tiempo limitado que tenemos de vida y nos atrapa en sus garras, dejándonos sentados leyendo mails, contestando (eso sí, cada vez menos) el teléfono y otros asuntos de poco valor humano.

Es momento de decir “basta”, levantarnos y caminar por las instalaciones de nuestras empresas… ¡Sí, caminar! Despacio, sin prisas. Con la práctica del “MBWA” salimos de la oficina, apagamos la computadora, dejamos el teléfono celular y nos despreocupamos del correo electrónico por un rato.

Esta es la única manera de dedicarnos en cuerpo y alma a conversar, lograr empatía, observar y escuchar. Observen que no escribí hablar, sino escuchar (con atención). Conversar, conversar, conversar con quien sea que se nos cruza en la vuelta, sobre todo si no es un compañero habitual.

Hacer de esto un hábito, que se repita todos los días, en distintos momentos (y sin que falte un buen café), nos permite tener cercanía con lo que está pasando, el por qué está pasando y, por ende, nos enfrenta de cara a resolver situaciones o encontrar oportunidades.

¿Qué mejor forma de recibir y atender una queja de un cliente que el cara a cara? ¿Habrá mejor actuar para con los colaboradores que escucharles y hacerles sentir valiosos y tomados en cuenta dentro del terreno de juego?

El salir de la oficina nos permite mostrarnos y estar en contacto, entender los detalles y sudarlos. Para hacerlo, debe y puede usar todos los sentidos: recorrer y observar, visitar los baños de los clientes y de los colaboradores, tomarse un café para ver si es igual de bueno como el que le sirven a usted, su majestad.

Luego, cuando regrese al escritorio, por favor aliste los asuntos que va a atender que son de verdad importantes y que el caminar por ahí le permitió descubrir. Seguidamente, por favor HLC (que no es ni más ni menos que hacer las cosas).

Recuerde, su empresa puede ser un gran lugar para trabajar. Yo de momento voy caminando tomándome mi cafecito. Si alguien quiere acompañarme, me llama.

¡Muchos saludos!

© Rodolfo Cruz Naranjo 2024